Mi trabajo se articula a través de dos ejes materiales en tensión y diálogo: madera y papel. Las obras en madera enlazan las prácticas de la pintura, la escultura y el grabado. A partir del tallado con gubias en grandes tableros de madera laminada, se construye una geografía dada por surcos e incisiones, rasgados y desbastes, que se organizan de manera rítmica generando grandes superficies de texturas. La imagen se estructura a partir del bajorrelieve que deja al descubierto las distintas capas de madera terciada que, por diferenciación cromática, componen un territorio simbólico asociado al paisaje.
La obra en papel corresponde a una serie de frottages. Al posar un papel y frotar con un carbón mineral sobre las obras en madera queda una huella impresa, registro de las incisiones y el bajorrelieve de las obras, memoria material y evidencia de la dimensión dialéctica irreductible entre la madera y el papel.